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REPORTAJE

El creciente euroescepticismo

Gerard Fageda & Marc González

BARCELONA | A pocos días de que empiece la campaña electoral de las elecciones del próximo 26 de mayo del Parlamento Europeo, las encuestas siguen prediciendo que la extrema derecha i el euroescepticismo va a ganar un número substancial de escaños.

 

El euroescepticismo se suele concentrar en los votantes de la extrema derecha

populista y de la izquierda y extrema izquierda. Por ese motivo, nos hemos

entrevistado con Marcos Díaz, votante de Vox, Guillem Güell, votante de la CUP, y un fiel votante del espacio de CiU, Jordi Fernández.

Guillem Güell tiene 27 años y trabaja de Educador Social en el Alt Empordà, donde nació y reside. Des de joven que milita en formaciones de extrema izquierda, que están a favor de la independencia de Catalunya. Es miembro, concretamente, de la organización llamada Poble Lliure, en Castelló de Empúries.

 

Güell está convencido de “la necesidad de estar conectados con las diversas

naciones europeas que así lo quieran”, pero se muestra “totalmente en contra” de la Unión Europea actual. “Después del referéndum del uno de octubre en Cataluña se hizo aún más evidente que la UE y la Troica son instituciones profundamente antidemocráticas, en los que los derechos de los pueblos son ignorados y pisados por los intereses del capital que definen las política de austeridad de los estados-nación”, argumenta Güell.

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El Brexit ha sido la puesta en marcha desde las instituciones de un proceso euroescéptico. Este documental explica cómo ha sido

Por otro lado, el joven militante asegura “es obligatorio crear sinergias con otros actores políticos y sociales europeos con el objetivo de poner en evidencia las estructuras y instituciones capitalistas generadas por la UE, y trazar una alternativa que sea capaz de dar respuesta a las realidades políticas de los pueblos de Europa”.

 

Además, considera que delante de la “deshumanización del capitalismo patriarcal, acentuado en los últimos años, hace más necesaria que nunca una coordinación entre movimientos de izquierda internacionales con tal de defendernos de los ataques a la soberanía de los pueblos”.

 

En el polo opuesto de Güell, se encuentra Marcos Díaz, también joven, de 32 años y de Barcelona. A pesar que uno vota Vox y el otro la extrema izquierda, coinciden en una cosa, en su euroescepticismo.

Según Díaz, la Unión Europea “no tiene sentido” porque “está formada por estados miembro muy diferentes que no tienen porque ponerse de acuerdo”. Y prevé que al no querer “las mismas leyes ni un marco común de base”, el proyecto de la UE fracasará. “No funcionará nunca mientras cada estado y miembro tenga unas leyes diferentes, tanto código civil, penal y fiscal”, sentencia el militante de VOX.

 

Por este motivo, añade Díaz, “imagino que muchos países, como debería hacer España en un futuro no muy lejano, pedirán la salida de la Unión Europea, se reducirá el número de estados miembros y se quedará sin fuerza, sin poder y sin peso a nivel internacional”.

 

 

 

 

Entre los dos polos opuestos está Jordi Fernández, un histórico votante de centro-derecha, contable y pequeño empresario, padre de familia y nacido en la Eixample, de 52 años. Su ejemplo demuestra, que incluso os que quieren un proyecto común entre las diferentes naciones europeas, están decepcionados con esa Unión Europea.

 

Fernández critica duramente la poca cualidad democrática del ente supranacional: “Que la Unión Europea se presente como granito de la democracia y los derechos y libertades es una broma de mal gusto. De democrático no tiene nada, solo hace falta mirar como se pasaron por el forro el resultado del referéndum sobre la troica”.

 

También esta disgustado a nivel interno, asegura que “es una vergüenza que el Parlamento Europea no tenga competencias, y eso provoca que la participación en las elecciones se tan baja, la gente no lo percibe como suyo”. Y añade Fernández: “La gente que forma parte de la Comisión Europea solo está allí por dirigir el club como si fuese el consejo de administración de una empresa, cuyos directivos son escogidos arbitrariamente por los accionistas, que en este caso son los estados”.

 

También se muestra preocupado por el auge de la extrema derecha en Europa y lamenta que la gente “opte por soluciones políticas simples cuando esta claro que aún que ganase Vox las elecciones, seguirían entrando masivamente inmigrantes en Europa”. Además, afirma Fernández, “con esas políticas solo se conseguiría que los inmigrantes entrasen en perores condiciones y jugándose aún más la vida”.

Repasa la actualidad de la extrema derecha con nuestro vídeo

Una parte importante del euroescepticismo está formado por formacionales populistas. Aquí te dejamos este libro por si quieres saber más sobre este movimiento. 

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